Pat Martino guitarra, Jay Bianchi Hammond B3, Shawn Hill batería.
Desde sus inicios, hace ya más de cincuenta años, la cava de la plaza Reial ha querido ser testigo del paso de algunas de las grandes estrellas de la historia del jazz, como es el caso de Pat Martino, toda una institución de la guitarra jazzística. Hechizado por la técnica y el discurso de John Coltrane, Wes Montgomery, Stan Getz y Johnny Smith, Martino se inició de bien joven en el mundo del jazz. En la segunda mitad de los sesenta ya era toda una celebridad, un músico dotado de una dicción depurada y una personalidad marcada. Se dejó empapar por el entonces incipiente soul-jazz de Jack McDuff y Don Patterson, y tomó parte en algunas experiencias de tipo psicodélico. Artista esencial del sello Prestige, Martino tuvo que dejar los escenarios en 1976, cuando se le diagnosticó una afección neurológica grave. Superó la enfermedad y regresó en 1987 con un disco, The Return, en el que ponía de manifiesto que los genios se definen por su capacidad de recuperar el esplendor de su arte. Una forma de hacer, de vivir, de decir, que podremos disfrutar desde la distancia corta; un lujo que solo se da de vez en cuando.
Pat Martino guitar, Jay Bianchi Hammond B3, Shawn Hill drums.
